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Toda la obra de Antonio Gaudí en Barcelona

Hablar de Barcelona es hablar de Gaudí.

Allá por donde pises en la ciudad condal la obra de Gaudí, moderna e inconfundible, te acompaña.

Formas que aún hoy llaman la atención y un gusto estético extraordinario donde la naturaleza y la religión son las protagonistas indiscutibles.

Acompáñanos a conocer de cerca a este artista que fue pionero en poner a Barcelona en el mapa del panorama internacional.

Antonio Gaudí: de la enfermedad a la genialidad

Antonio Gaudí i Cornet nació en la Reus de 1852. Debido a su delicada salud, en su infancia pasó largas temporadas de reposo en el Mas de Riudoms.

Horas y horas que el Gaudí niño dedicaba a contemplar minuciosamente las formas, los colores y las texturas que la madre naturaleza le ofrecía a su alrededor. Es precisamente aquí donde se sitúa, sin lugar a dudas, el origen de su estilo tan personal.

En 1870 se traslada a Barcelona para comenzar sus estudios de arquitectura, que compagina con algún que otro trabajo. Sería en 1878 cuando finalmente se establece por su cuenta y comienza a trabajar en sus primeros proyectos.

Durante sus 48 años en activo Gaudí fue el artífice indiscutible de un lenguaje arquitectónico realmente único y peculiar. Difícilmente de etiquetar y mucho menos de asemejar al de otros artistas.

Con el paso de los años afianzó su fascinación por la naturaleza, a la que situó en el centro de su obra en la mayoría de las ocasiones. De hecho, la consideraba su gran maestra y transmisora del «conocimiento de la obra suprema del creador».

Una fuerte convicción que siguió a rajatabla como vamos a ver a continuación.

La vida y obra de Gaudí se trunca en 1926, cuando el arquitecto es atropellado por el tranvía de la ciudad mientras caminaba (como cada noche hacía) desde la iglesia de Sant Felipe Neri con destino a la Sagrada Familia.

Pocos entierros como el de Gaudí se recuerdan en Barcelona. Un personaje muy querido por sus habitantes, que salieron en masa aquel 10 de junio para despedir al arquitecto más universal que la ciudad ha visto jamás.

La Barcelona que Gaudí creó

Aquí empieza este repaso por las obras arquitectónica más fascinantes que Gaudí dejó como legado a la capital barcelonesa.

La Sagrada Familia

Es el icono de la ciudad por excelencia.

El máximo exponente del modernismo catalán, conocida a lo largo y ancho de todo el planeta.

Gaudí comenzó a construirla en 1882 y a día de hoy aún no está completamente terminada. Pero eso no es motivo para que los miles de visitantes que cada año viajan a Barcelona se acerquen a admirar el trabajo más importante del arquitecto.

¿Qué la hace tan especial?

Pues que se trata de un edificio religioso caracterizado por la innovación de su arquitectura.

Es el primero que presenta elementos inéditos como sus inmensos portones, las torres del edificio y su exquisita y abundante ornamentación (muy centrada en los pasajes de la vida de Jesucristo).

El corazón del edificio es su cripta. Allí, en una de sus siente capillas, se encuentra la tumba de Gaudí. Concretamente en la de Nuestra Señora del Carmen.

Casa Batlló

Es otro de los edificios más emblemáticos de Barcelona con la firma de Gaudí.

Fue un encargo de la familia Batlló al arquitecto en 1903 con el objetivo de remodelar la vivienda del número 43 del Paseo de Gracia.

El artista se inspiró en sus características formas naturales para la decoración exterior del edificio, donde destaca su exclusiva cubierta (toda una seña de identidad del inmueble) así como la cruz de cuatro brazos.

Esta casa fue presentada en el concurso anual de edificios artísticos que organizaba el Ayuntamiento de Barcelona, pero paradójicamente no ganó.

Casa Vicens

Es una de las primeras obras de Gaudí tras acabar sus estudios de arquitectura en la Universidad.

Este trabajo le llegó de la mano de Manuel Vicens i Montaner para su residencia de vacaciones (también en Gracia) que comenzó en 1883.

El resultado es una casa inspirada en el estilo árabe y con influencias orientales (mudéjar, persa y bizantino) donde las cubiertas de cerámica son lo más reseñable. A esto se unen detalles interiores que recuerdan al Generalife de la Alhambra de Granada.

El encargo también incluía el diseño del mobiliario y los jardines, aunque actualmente estos últimos están ocupados por viviendas.

Casa Milà

Es más conocida como La Pedrera. También icono del modernismo catalán, es uno de los edificios más destacados del Paseo de Gracia y de Barcelona.

En 1906 la ciudad aprobó las obras del Eixample, momento en que se produjo la expansión de esta zona por parte de la burguesía catalana. De hecho, en este momento Gaudí ya había diseñado la Casa Batlló.

El proyecto de la Casa Milà fue promovido por el matrimonio Pere Milà i Camps (un importante empresario textil) y su mujer Roser Segimon i Artells (viuda de un rico indiano).

Aunque por su fachada parece una sola construcción, La Pedrera está formada en su interior por dos inmuebles y seis plantas a los que se unen dos patios interiores.

El estilo naturalista está muy presente y se pueden apreciar en diversos elementos. Cubiertas que recuerdan a las olas del mar, balcones que parecen plantas trepadoras y chimeneas con acabados en forma de cabeza de guerreros se unen a los motivos religiosos típicos del arquitecto.

Gaudí no finalizó el trabajo por ciertas discrepancias con los dueños en su decoración interior, pero no por ello deja de ser uno de los trabajos mejor valorados del autor.

Casa Calvet

También ubicada en el Eixample, este inmueble sigue rigurosamente los principios de la época naturalista de la obra de Gaudí. En 1900 ganó el primer premio del concurso de edificios del ayuntamiento de la ciudad condal.

Con solo echar un vistazo se observan las formas características del artista y su ornamentación con figuras como setas, frutas o tórtolas. Y sus siempre presentes cruces.

En su día esta casa superó la altura permitida en la ciudad, pero Gaudí siguió con su proyecto a pesar de tener conocimiento de ello.

Es posible conocer parte de su mobiliario interior en la visita a la Casa-Museo de Gaudí situada en el Park Güell.

Torre Bellesguard

Es quizás una de las obras más desconocidas de Gaudí en Barcelona.

De estilo neogótico, su construcción comenzó en 1900 sobre los restos de un castillo situado en la Sierra de Collserola.

Gaudí utilizó elementos de la antigua edificación como las almenas y la muralla medieval para integrarla en su proyecto donde destaca su torre, que ofrece unas impresionantes vistas.

Tal es la magnitud de esta obra que su nombre original «Casa Figueras» fue reemplazado por el de su torre.

Junto con la singular decoración gaudiana se encuentran los jardines del recinto, abiertos al público durante los meses de verano. Es aquí donde tienen lugar las populares «noches de Gaudí» durante la época estival.

Un último apunte: aunque el conjunto es de titularidad privada es posible visitarlo.

Las obras de Gaudí para la familia Güell

Antonio Gaudí y Eusebi Güell (Conde de Güell) forjaron una fructuosa y estrecha relación que tuvo como resultado un amplio legado que por suerte para nosotros ha llegado hasta nuestros días.

Vamos con los detalles.

Park Güell

El parque más famoso de Barcelona también es obra de Gaudí.

Un lugar lleno de color y envuelto en una mágica atmósfera que atrae a millones de visitantes cada año.

Está situado en lo alto de la ciudad, encima del barrio de Gracia. Desde sus bancos (que simulan las olas del mar) se puede disfrutar de unas vistas de la ciudad realmente extraordinarias.

Este lugar ha sido escenario en multitud de ocasiones de todo tipo de piezas audiovisuales: películas y series, vídeo clips, sesiones de fotografía, etc.

El proyecto comenzó en el año 1900 y aunque la idea inicial era construir una urbanización, al final se materializó en el parque que hoy conocemos.

Es seguramente uno de los mejores ejemplos de la etapa naturalista de Gaudí donde animales como salamandras y serpientes y personajes fantásticos como las gárgolas se disponen en infinidad de lugares, como fuentes y bancos.

El toque religioso se encuentra en el Calvario, en la parte alta del parque. Es aquí donde se ubica también la Casa-Museo de Gaudí, que recoge una amplia colección de sus obras.

Palacio Güell

Este fue el primer gran proyecto de Gaudí en Barcelona, aunque quizás no ha tenido el reconocimiento merecido.

Fue una obra que se le resistió un tanto a Gaudí, que llegó a presentar hasta 25 bocetos para hacer realidad el deseo del Conde de Güell: levantar un palacio cuyo patio interior conectara con su vivienda de la Rambla de Capuchinos.

Este palacio de estilo oriental cuenta con más de 2.800 metros cuadrados y sigue la estructura más tradicional de las casas señoriales catalanas de la época.

Destaca el tamaño de sus puertas de entrada, pensadas para que los invitados las cruzasen sobre sus caballos (toda una innovación para la época).

En la ornamentación se aprecian un par de serpientes, un ave fénix e incluso el Escudo de Catalunya.

Aunque este proyecto no estuvo concluido hasta 1890, se hizo coincidir su inauguración con la Exposición Universal de Barcelona en 1888.

Pabellones Güell

Se encuentran en la antigua finca del Conde de Güell en Pedralbes.

Actualmente solo se conservan tres de los cuatro edificios (las caballerizas, el picadero y la portería) junto con el muro exterior.

La idea era remodelar esta casa junto con el resto de los inmuebles, pero en 1919 la vivienda fue derruida para construir el Palacio de Pedralbes.

Aun así, es posible visitar alguna de las partes mencionadas junto con una de las puertas de la finca, fabricada en hierro forjado y con un espectacular dragón central. También se mantienen algunas piezas como la Fuente de Hércules o el Escudo de Catalunya.

Hasta el año 2008 este lugar fue la sede de la Real Cátedra Gaudí de la Universidad Politécnica de Barcelona. A partir de entonces se encuentra abierto para la visita del público.

Tras este recorrido es fácil coincidir en que la ciudad de Barcelona no sería lo que es sin las obras de Gaudí.

Un reconocimiento universal que se materializó en 2005 con la declaración como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco de las denominadas «Obras de Antonio Gaudí» que incluyen el Park Güell, el Palacio Güell, la Casa Milá, la Casa Vicens, la obra de Gaudí en la fachada de la Natividad y la cripta de la Sagrada Familia, la Casa Batlló y la cripta de la Colonia Güell.

Si te has quedado con ganas te aconsejamos que hagas hueco en tu viaje para disfrutar estas últimas joyas de Gaudí en Barcelona: las farolas de la Plaza Real, el Portal Miralles o el mosaico de la Iglesia de Sant Pacià.

Y sobre tu alojamiento en la ciudad, te esperamos en nuestro hostal premium con todas las comodidades para tu descanso.

A reveure!

 

By | 2020-09-27T10:07:43+00:00 septiembre 20th, 2020|Sin categoría|